“Hay actores con determinadas intencionalidades que están actuando” de un lado y otro “de lo que nosotros hemos diseñado como un límite político administrativo entre Estados”, explicó. “Pero la naturaleza no tiene fronteras, se expresa en toda su diversidad. Entonces, que nosotros estemos de un lado que se llama Uruguay y otros estén en otro lado que se llama Brasil no quiere decir que los ecosistemas no se comporten en su totalidad”, sentenció.

Domínguez participó el sábado en Melo del “Encuentro Binacional de la Cuenca de la Laguna Merín y el Derecho Humano al Agua”, que se hizo en el Instituto de Formación Docente de esa localidad uruguaya, situada a sólo decenas de kilómetros de la frontera con el estado brasileño de Rio Grande do Sul. La actividad fue organizada por la Comisión Nacional en Defensa del Agua y de la Vida (CNDAV), la Secretaría del Agua del sindicato de trabajadores de la empresa estatal de agua OSE (FFOSE), REDES – Amigos de la Tierra Uruguay y el Programa Uruguay Sustentable. Tuvo además el apoyo del Instituto de Formación Docente de Melo y del Centro de Estudos Ambientais de Rio Grande do Sul, que tuvo expositores en el encuentro.

El aumento de los monocultivos forestales, de la agricultura (soja y arroz) y de la minería son algunas de las mayores presiones que enfrenta la cuenca de la Laguna Merín en la actualidad.