El estamento militar, junto al judicial y legislativo participaron activamente en el desplazamiento de Zelaya en 2009 y desde entonces han disminuído sensiblemente los derechos de las comunidades, los sectores de trabajadores, indígenas, afro-hondureños, señala Andrés en entrevista con Radio Mundo Real.

Y lo mensura a través de, por ejemplo, el número de comunicadores y comunicadoras comprometidos e independientes que han venido siendo objetos de atentados violentos que terminan con su vida en una alta proporción de casos.

“Después del golpe (de 2009), de alguna manera todo es ilegal”, explica Andrés.

En otro tramo del diálogo con el comunicador, integrante de la organización Madre Tierra – Amigos de la Tierra Honduras, explica el papel de la oligarquía en la desestabilización de un presidente como Zelaya.

“La oligarquía y hasta el propio embajador de los Estados Unidos, digamos que perdieron la cabeza. No se trataba de un gobierno revolucionario y ellos calcularon mal la reacción de la gente”, dice Andrés.

Lejos de la relativa pasividad de los sectores populares hondureños con episodios similares, tras derrocar a Zelaya los movimientos socialesw y el pueblo desorganizadamente incluso se sumó al rechazo conformando luego el Frente Popular Hondureño de Resistencia Nacional.

Pero Andrés Molina subraya especialmente el rol de las empresas coporativas trasnacionales en el proceso de destitución del presidente, al ver peligrar por parte de políticas públicas algunos de los claros privilegios con que contaban en cuanto a la extracción de recursos estratégicos, afirmó.

Escuchábamos a Andrés Molina, comunicador de Madre Tierra – Amigos d ela Tierra Honduras.