Participaron del taller integrantes de sindicatos de Argentina, Brasil, República Dominicana, Costa Rica y Perú. También intervinieron representantes en Uruguay de la fundación Friedrich Ebert, que apoyó la realización del taller, y de REDES - Amigos de la Tierra (Uruguay), organización invitada como aliada estratégica.

Pablo Bertinat es ingeniero electricista y docente de la Universidad Tecnológica Nacional de Rosario, Argentina. Trabaja desde hace más de 20 años en temas energéticos con sindicatos y organizaciones sociales. El documento que presentó en el taller fue elaborado en diciembre de 2016. Parte de un diagnóstico y del análisis de la matriz energética, propone formas de transitar hacia sistemas más justos, e insiste en la necesidad de democratizar el abordaje de estos temas.

En diálogo con Radio Mundo Real, Bertinat explicó que “es insostenible” el crecimiento exponencial de la utilización de energía y, que si bien se ha avanzado en la conciencia de desfosilizar la matriz energética, resta “encontrar formas de satisfacción de necesidades humanas con menos materia de energía”. Pero, además de ese problema, señaló la gran inequidad: “el 18% de la población mundial que vive en países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, agrupa a los países desarrollados e invitados) es más de cuatro veces mayor que el del 82% de la población mundial que vive en el resto de los países”, expresa el documento.

Para revertir los problemas energéticos, Bertinat propone aplicar “las cinco D: desfosilizar, desmercantilizar, democratizar, desconcentrar, descentralizar”. Aseguró que “el problema energético es mucho más complejo que las emisiones de efecto invernadero. Es un sistema fuertemente mercantil, con muy poca lógica de derecho, con inequidad en el acceso, desplazamiento de gente, destrucción de territorios, no se trata sólo de desfosilizar sino de desmercantilizar y de democratizar”. Respecto a este último, comentó que “en el área de la energía hay muy poca participación ciudadana a la hora de decidir para dónde va la política energética. Es un área que tradicionalmente no tiene participación ciudadana, no sólo a la hora de resolver si se expulsa a alguien de un territorio o no, sino a la hora de definir cuáles son las líneas generales de las políticas energéticas”. Por eso en su charla insistió, ante los representantes sindicales, en la necesidad de “informar, formar y generar espacios que permitan que la toma de decisión sobre las cuestiones energéticas no quede en pocas manos”, resumió luego.

Hay una sexta D, a la que también se refirió Bertinat: la desprivatización. Señaló que el sector energético “debiera estar en manos públicas”, entre otras cosas, para “debilitar una lógica mercantil capitalista a nivel de la energía”. Para ello propuso fortalecer el sector público “tratando de no restringirlo sólo a lo público estatal”. Pero la propiedad no es garantía, Bertinat lamentó que muchas empresas públicas se han manejado con la lógica de empresas privadas y que han provocado daños a las comunidades, como ha ocurrido con varias empresas petroleras de América Latina.

“Para discutir la energía en toda su dimensión, hay que discutir el modelo de desarrollo, y para eso hay que discutir el modelo productivo: qué se produce, qué no se produce, para qué, para quiénes”, planteó Bertinat. Por eso, dijo que “en un futuro no lejano hay sectores que debieran desaparecer”, como la industria armamenticia, nuclear o de hidrocarburos, pero para eso propuso “pensar cómo hacer una transición”. “Lo central es garantizar condiciones de vida dignas que permitan satisfacer necesidades humanas, sin hacer desastres con otros humanos o con la naturaleza”, aclaró.

Bertinat consideró que en todos estos años ha habido avances. Mencionó, por ejemplo, que hace 20 años hablar de desfosilizar la matriz energética parecía “una locura total”. Insistió en el proceso colectivo y en los beneficios que da el trabajo conjunto con los movimientos sindicales y sociales, donde se ve de cerca la situación de personas afectadas por la instalación de represas y por el trabajo de las industrias petroleras. “Hemos ido cambiando y avanzando. Es un proceso en espiral, con complicaciones”, dijo, pero añadió que “hay espacios para construir nuevos acuerdos”. En ese sentido, dijo que la Jornada Continental por la Democracia y Contra el Neoliberalismo, que se realizará del 16 al 18 de noviembre en Montevideo, será “un buen momento para discutir cómo fortalecemos la democracia y como enfrentamos el neoliberalismo en estas cuestiones”.