Grupos campesinos, diputados y académicos de Puebla participaron en la elaboración del escrito, que formalmente ingresó al Ministerio Público Federal con una carátula firmada por la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad.

El abogado querellante, René Sánchez Galindo, explicó a la agencia Boca de Polen, en una entrevista que retransmite la agencia informativa ALER, que el relator de Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación estableció que el mayor problema en esta materia “no es la producción o el desarrollo de la biotecnología, sino que es un problema de acaparamiento”.

“Sí hay comida en el mundo, pero está acaparada. Y Monsanto está en México porque es la cuna del maíz, que se cultiva en nuestra tierra desde hace 8 mil o 10 mil años, antes de que México existiera como nación, y además es un commoditie muy importante”, argumentó.

En el caso de Puebla, según el abogado, la empresa estadounidense se ha venido adueñando de una especie de maíz criollo (el poblano) que se cultiva en el lugar desde hace 9000 años, lo cual para los denunciantes constituye un “delito federal contra la riqueza nacional”.

Además de este caso puntual, se estima que Monsanto controla la información genética de otras catorce especies de maíz que se cultivan en México, según afirman. En caso de que la corporación semillera patente estos productos, de inmediato “millones de campesinos” mexicanos tendrían que pagarle regalías a este consorcio por el uso de las semillas, según informó el diario La Jornada de Oriente, en una nota vinculada a la denuncia penal.

En declaraciones a ese medio, el investigador de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) Miguel Damián Huato, señaló que el negocio, y objetivo final, de esta transnacional es la comercialización de granos de maíz mexicano alrededor del mundo, y recordó que en México más del 70% de las ventas de semillas ya está monopolizado por Monsanto.

Foto: ecoosfera.com