Si bien las familias campesinas tienen el derecho «veinteañal», que les reconoce la propiedad de un terreno por haber estado más de veinte años ejerciendo la posesión, cada vez que un empresario «quiere apropiarse de ello, lo que hace es generar denuncias, y la Justicia inmediatamente toma como usurpadores a las familias campesinas», afirmó Diego Montón a Radio Mundo Real desde las calles mendocinas.

Estos agroempresarios, por otra parte, entran por la fuerza a los campos y en muchos casos los alambran. Las familias que defienden su casa, su vida y la tierra son luego incriminadas por turbación de la propiedad en incitación a la violencia.

Llegados de las localidades de Lavalle, San Martín, San Rafael, Malargüe, Tunuyán, Tupungato y Encón, más de 500 campesinos terminarán la jornada con una feria y una peña frente a la legislatura. La UST, como parte del Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI), exige la justa distribución del agua de riego y denuncia que los agronegocios solo generan mayor pobreza y exclusión.

En Mendoza solamente el 3% de la superficie se puede regar con el agua de los ríos; el resto, no es apta para la agricultura porque llueve muy poco: «La tierra que tiene derecho de riego es la única que se puede regar. El Departamento General de Irrigación, cuando esas tierras están en manos campesinas, les niega el agua, y cuando avanza el agronegocio, sí habilita el riego», agregó Montón.

* Comunidades, movimientos sociales y activistas pueden comunicarse con nuestros corresponsales en Argentina Raquel Schrott y Ezequiel Miodownik.