Los operarios alertan del fallecimiento de varios compañeros en las obras, muertes “tapadas” según dicen, no tienen apoyo del sindicato del sector y son amenazados por sus superiores.

En las obras de las represas de Jirau y Santo Antonio, sobre el río Madeira y en el estado de Rondonia, también han habido huelgas de trabajadores en los últimos días.

Al menos el 80 por ciento de los 7000 empleados de las obras de Belo Monte se habría unido a la medida de lucha, según información difundida en la web del Movimiento Xingu Vivo para Siempre, colectivo de agrupaciones sociales de la región de Altamira y áreas de influencia de Belo Monte que se opone a la instalación de la represa sobre el río Xingu. La huelga afectaba el sábado a todas las unidades.

El Consorcio Constructor de Belo Monte, que agrupa a las empresas públicas y privadas encargadas de la construcción de la central, se apuró el 28 de marzo a informar que el fallecimiento de Francisco Orlando Rodrigues en las obras no tenía relación alguna con la huelga. Así quedó expresado en un comunicado público, que manifestó pesar por la muerte del obrero, difundido en un blog sobre la represa patrocinado por una de las compañías parte del consorcio, Norte Energia.

Rodrigues tenía 34 años y era trabajador de la compañía Dandolini e Peper, una de las subcontratadas para tareas de “supresión vegetal”. Habría sido alcanzado por un árbol.

La información del consorcio a cargo de Belo Monte contrasta con la difundida por el Movimiento Xingu Vivo para Siempre en su sitio web, luego de conversar con trabajadores movilizados. Las condiciones de seguridad de los operarios y el accionar de la compañía aparecen como temas centrales de preocupación. “Ya hubo otras muertes en las obras y nadie se enteró”, denunció uno de los peones. La empresa “manda el cuerpo a la familia, porque viven afuera, y nadie se entera de nada. Ellos tapan (la muerte). Pero no consiguieron taparla ahora porque el peón era de Altamira”, agregó.

La pauta de reivindicaciones de los trabajadores movilizados incluye, por ejemplo, mejoras salariales, visitas a las familias cada tres meses y no cada seis (cuando son obreros de otras regiones), mejoras en la alimentación, capacitaciones para funcionarios, planes de salud, pagos de horas extras y condiciones de transporte dignas, entre otras cosas. “Si no se atienden las reivindicaciones se mantiene la paralización”, señala el final de un documento con las demandas de los obreros.

Los operarios en huelga denuncian que el Sindicato de los Trabajadores de la Construcción Pesada de Pará no los apoya y que hasta se los cataloga desde allí como “vagabundos” por decidir la medida de lucha. Agregan que la central no vela para que se cumplan los acuerdos laborales alcanzados con el consorcio y que no ha intentado revertir los despidos después de huelgas anteriores. Por eso los obreros movilizados están juntando firmas para que el Sindicato de los Trabajadores de la Construcción Pesada de Pará no los siga representando.

El temor a perder el empleo está bien presente entre ellos. “Los encargados dijeron que si hacíamos una huelga seríamos despedidos, como ya pasó”, denunció uno de los obreros. Los trabajadores en lucha fueron filmados y fotografiados por sus cargos superiores durante la protesta y alertan que ya la empresa está analizando esas imágenes para identificar a los principales dirigentes.

Foto: http://www.xinguvivo.org.br