El ministro de Minería chileno, Laurence Golborne, informó que una de las máquinas perforadoras alcanzó la noche del miércoles los 670 metros, quedando a 30 de donde estarían los trabajadores. “Ojalá que con esta sonda podamos llegar a algún lugar. Al parecer podría ser mañana (jueves)”, dijo el ministro, citado por la agencia de noticias AFP.

El jerarca informó a los familiares de los obreros sobre las posibilidades de encontrar a sus seres queridos, aunque llamó a la “calma” y advirtió que “no es que estemos a punto de tener contacto”. No obstante, Golborne reconoció que “tenemos una sonda que está bien orientada”.

El 5 de agosto se derrumbó la mina San José, de la empresa San Esteban, cerca de la ciudad de Copiapó, en la región de Atacama y a unos 800 kilómetros al norte de Santiago.

A partir de ese momento se empezó a conocer información que dejó muy mal parada a San Esteban. Es que ya se habían realizado varias advertencias sobre las precarias condiciones de seguridad de sus trabajadores, inclusive en la mina ahora derrumbada. Trabajadores y sindicalistas habían denunciado a la compañía por la muerte de tres mineros en ese yacimiento y en el de San Antonio. Inclusive se pidió el cierre de San José.

En esa línea, el diputado comunista Lautaro Carmona declaró, citado por Prensa Latina, que existían documentos públicos que daban cuenta del peligro que corrían los trabajadores de la mina colapsada. El 9 de julio, luego que un minero perdiera la pierna trabajando en el yacimiento, se hicieron los descargos a la Dirección de Trabajo, que constató anomalías en la mina, según explicó Carmona.

Por su parte, el secretario del sindicato de San Esteban, Javier Castillo, dijo que la mina no tiene vías de escape, ventilación ni la fortificación necesaria. “El cerro en Minera San Esteban nos cruje desde hace dos meses. Desde el 2003 planteamos que estamos en una situación de alto riesgo”, se lamentó.

Hace una semana se había informado que era muy difícil encontrar con vida a los 33 mineros, que en ese momento ya llevaban siete días atrapados. Sin embargo, ahora el propio presidente de Chile, Sebastián Piñera, se encargó de decir que hay motivos para pensar que los trabajadores estarían vivos. “Mantenemos de pie la esperanza, porque tenemos fundamentos para pensar que en la zona donde estarían los mineros atrapados existe oxígeno y agua, que son los elementos vitales para la supervivencia”, señaló.

El lunes había circulado la confirmación de que se suspendían las tareas de rescate al interior de la mina por peligro de derrumbe. A partir de ese momento los trabajos se empezaron a hacer sólo a través de máquinas perforadoras.

Datos del Servicio General de Geología y Minería difundidos por Prensa Latina indican que en la última década murieron en Chile 373 trabajadores en accidentes mineros. En lo que va de 2010 ya van 31.

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