18 de octubre de 2010 | Entrevistas | Derechos humanos
Exigir soluciones
Se necesitan regulaciones ambientales más fuertes para impedir desastres como el de Hungría
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La situación en Hungría tras el derrame de “lodo rojo” que provocó uno de los mayores desastres ambientales en la historia del país aún es alarmante. La semana pasada, un nuevo deceso aumentó a nueve la cantidad de víctimas mortales causadas por el hecho, a la vez que con el transcurso de los días, el lodo –que es un barro tóxico derivado de la producción de aluminio- se transformó en polvo, causando de esta forma aún más daños a la salud de las personas.
El “lodo rojo” se derramó el pasado 4 de octubre al romperse una balsa de contención de la fábrica Magyar Alumínium (MAL), y afectó a varios centros poblados y cauces de agua en el oeste del país.
En conversación con Radio Mundo Real, Róbert Fidrich, responsable de proyectos de la ONG "Asociación Húngara de Protectores del Medio Ambiente" –que forma parte de la federación de organizaciones ambientalistas Amigos de la Tierra- relató cómo es la situación hoy en día, y habló sobre las medidas que están tomando para apoyar a los pobladores afectados por el derrame.
Entre otras cosas, Fidrich señaló que el accidente era una prueba más de lo que sucedía cuando se priorizaba el obtener ganancias por sobre el medio ambiente y los seres humanos. Por ello, indicó que se necesitaban regulaciones ambientales más fuertes, que impidieran que se repitieran hechos como éste, que tanto sufrimiento causaban entre la población.
