Estos días buena parte de la prensa de Brasil y la derecha política de ese país salieron con firmeza a defender los intereses de la citrícola, luego de que se conociera la detención de nueve integrantes del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) que ocuparon tierras de la empresa en octubre del año pasado.

En contrapartida, el movimiento social más fuerte de Brasil inició una campaña para denunciar que la firma ha logrado ese poderío a partir del uso ilegal de tierras públicas, y que eso ha sido posible por su capacidad de lobby con la clase política.

“Vamos a movilizar a nuestros amigos en el mundo para denunciar las actividades ilegales de Cutrale para producir jugo, que después es vendido para la Coca Cola”, adelantó días atrás João Pedro Stédile, referente del MST, en el marco de las actividades del Foro Social Mundial.

La ocupación de la discordia se llevó a cabo en una zona rural ubicada a 345 kilómetros de la ciudad de São Paulo, y la Inteligencia de la Policía Militar utilizó cuatro videos para identificar a los ocupantes, en lo que dieron a conocer como la “Operación Naranja”.

Las imágenes, en las que se ve un tractor derrumbando naranjos, fueron suministradas por Rede Globo, uno de los brazos mediáticos del empresariado brasileño, y desde el MST alertan que todo el operativo tiene indudables “intenciones electorales”, ya que en octubre de este año serán los comicios nacionales en los que se dirimirá la continuidad del gobernante Partido de los Trabajadores (PT).

Las tierras de la hacienda Capim son reclamadas por el Estado brasileño por intermedio del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (Incra) pero la Cutrale ha interpuesto sendos recursos ante la justicia para seguirlas explotando. El MST, en tanto, considera que esos predios se tienen que destinar para la reforma agraria, una de las cuentas pendientes de la administración del PT, según afirman.

En medio de este conflicto los sin tierra han recordado que en 2003 la revista Veja denunció a la empresa citrícola por negocios efectuados en la Isla Caimán con el propósito de evadir impuestos, y además divulgó nuevamente un listado de diputados federales que han recibido “donaciones” de Cutrale para sus campañas electorales.

Mientras, la expansión de la Cutrale provocó, según cifras que maneja el MST, la desaparición de unas 280 mil hectáreas destinadas a la producción de naranja por parte de pequeños y medianos productores, aunque esas imágenes no se hayan visto por la televisión.