"No podemos permitir que una dictadura prevalezca en nuestro país", exclamó entre los manifestantes Xiomara Castro, esposa del derrocado mandatario Manuel Zelaya, mientras a su alrededor cientos de personas coreaban consignas en apoyo al mandatario y en rechazo al régimen que encabeza Roberto Micheletti. Castro participó de las marchas en Tegucigalpa junto con su hija, Hortensia, quien señaló que eran los golpistas los que le temían al pueblo porque no se rendiría hasta recuperar la democracia.

Los manifestantes exigían que finalice el estado de excepción y demandaban el regreso a la presidencia de Zelaya, que se encuentra hoy en Brasil para entrevistarse con su homólogo en ese país, Luiz Inácio Lula da Silva, como parte de una gira que emprendió para profundizar los apoyos que ha recibido de los líderes latinoamericanos.

En cuanto a las movilizaciones en Honduras, ayer terminaron en disturbios, cuando la policía intervino lanzando gases lacrimógenos, y se informó que incluso hubo un herido de bala.

Además, la organización de base Vía Campesina denunció un atentado contra su sede en la noche de ayer, cuando dos personas dispararon con armas de grueso calibre, cuyas balas lograron penetrar hasta el interior del inmueble donde había varios campesinos alojados temporalmente.

“Este hecho demuestra una vez mas la represión y los atentados que están realizando en contra de los movimientos sociales que están en defensa de la democracia y el orden constitucional en el país”, señaló a través de un comunicado la Vía Campesina hondureña.

Luego de las movilizaciones masivas, el régimen que preside Roberto Micheletti volvió a imponer el toque de queda en la capital, en un nuevo intento de desmovilizar a la población.