En ella el Banco del Sur es un objetivo destacado, pero también lo es el Sucre, un sistema de compensación de exportaciones que sustituya la “dolarocracia” hegemónica en el comercio intra-regional latinoamericano.

La actual arquitectura que está en bancarrota no solamente ha hecho crisis en si misma sino que ha provocado crisis aquí y allá, desgastando el aparato productivo latinoamericano y generando un retroceso en la cadena de valor, explica en la entrevista Páez. Esto equivale a una reprimarización de América latina en la división internacional del trabajo.

Si la fase característica del imperialismo económico-militar y ambiental es la supremacía de la exportación de bienes de capital frente a bienes materiales, su superación requiere de un nuevo esquema de comercio justo y mecanismos de regulación eficientes. Ello se basa, según Páez –cuyo gobierno ha asumido un importante liderazgo en este proceso de debate- en tres pilares: el Banco del sur, el Fondo del Sur (conjunto de mecanismos que permitan transformar a la banca central de América Latina) y un esquema monetario común latinoamericano que reduzca nuestra dependencia del dólar. Esto último es precisamente el Sucre.

“La crisis está acorralando a nuestros gobiernos y pueblos a una situación casi sin opciones”, insiste Páez para quien se debe aprovechar esta coyuntura política en la región para transmitir un golpe de timón a la inercia financiera capitalista ante la evidencia incontrastable de los nefastos resultados de tres décadas de neoliberalismo.

Foto: Nueva Economía