21 de junio de 2010 | Entrevistas | Derechos humanos
Riesgo de estallido
La guerra contra el pueblo “nunca finalizó” en Guatemala, denuncian las organizaciones
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Los libros de Historia enseñarán que el conflicto armado en Guatemala terminó con la firma del acuerdo de paz del 29 de diciembre de 1996, pero las organizaciones populares guatemaltecas insistirán en que la guerra contra el pueblo “no ha terminado nunca”, según dijo Roberto Madriz, del Frente Nacional de Lucha (FNL) de ese país.
“La represión es permanente, creciente y sigue siendo selectiva”, afirmó el representante del FNL, que en los últimos cinco años ha tenido que “recoger los cadáveres de más de 60 compañeros de las calles”.
La organización ha denunciado que en los últimos seis meses han sido asesinados ocho dirigentes populares vinculados a la lucha contra la corporación española Unión Fenosa.
Unos dos mil efectivos militares y policiales han sido movilizados por el Estado de Guatemala para cumplir con unas 250 órdenes de captura, incluyendo la de Madriz, vinculadas a esta lucha.
“Hay una ofensiva contra el pueblo para favorecer a los intereses de esa empresa, donde se conjugan la fuerza pública y los grupos paramilitares secretos del narcotráfico, todo en un marco de impunidad absoluta”, continuó.
Madriz asegura que los vínculos de Unión Fenosa con las mafias locales son “difíciles de probar, aunque sean vox populi”. “Abren sus oficinas en el mismo local donde opera el capo del narcotráfico en una zona fronteriza con México y los sicarios que trabajan para ese delincuente hostigan a la población en forma permanente. Andan de aldea en aldea, diciendo que si no pagan los recibos de luz los matan, o sea que la complicad del narcotráfico con Unión Fenosa es evidente”, denunció.
Ni siquiera el Estado, generalmente cómplice de las trasnacionales, ha vinculado estos ocho asesinatos con crímenes comunes. Sin embargo, tampoco hay expedientes abiertos o sospechosos por la autoría material o intelectual.
Madriz recordó, para graficar el vínculo de los homicidios con la lucha contra Unión Fenosa, que el dirigente Víctor Gálvez fue asesinado de 32 balazos a la salida de una reunión para organizar una campaña contra la corporación energética española.
El dirigente del FNL considera que la cólera social y los riesgos de estallidos son inminentes, y puso como ejemplo un episodio registrado en mayo de este año.
La comunidad de Las Brisas, en el departamento de San Marcos, está en resistencia de pagos por los malos servicios que brinda la Unión Fenosa y a raíz de esa situación la empresa española ordenó quitar los transformadores que abastecen al pueblo.
La población, según contó Madriz, al quedarse sin luz sale a la calle y de manera anárquica capturó a los trece militares y a los funcionarios de Unión Fenosa que pretendían desinstalar los equipos. “Desarmaron al ejército con machetes, palos, cuchillos y piedras”, explicó Madriz. Los tres mil habitantes de Las Brisas se enfrentaron con las fuerzas de seguridad y uno de los dirigentes locales resultó asesinado, aunque todavía no hay responsables por estos hechos.
“Esto puede repetirse en otros lugares y salirse de las manos. Un baño de sangre no es deseable para nadie”, concluyó el militante guatemalteco.
