Radio Mundo Real

Más de 200 kilómetros recorridos atravesando el mapa costarricense constituyó la movilización de organizaciones campesinas, ambientalistas y estudiantiles en reclamo al fin de la minera Crucitas, así como la detención de otros megaproyectos de minería a cielo abierto que vienen afectando seriamente ríos y comunidades.

La segunda Caminata por la Vida culminó en una vigilia en la capital, San José, este lunes y con un nuevo desaire de parte de la presidenta costarricense Laura Chinchilla, quien no recibió a los caminantes pese a lo cual éstos le hicieron llegar un memorando con sus demandas hacia un cambio de modelo de desarrollo para Costa Rica.

El “Proyecto Crucitas”, de extracción de oro, al norte del país, fue declarado de interés nacional por el ex presidente Óscar Arias. Desde entonces son muchas las organizaciones que le han plantado cara al mismo ante la contaminación de la cuenca del río San Juan con los metales tóxicos de esa explotación.

Así lo comenta desde San José en diálogo con Radio Mundo Real Lorenzo Cambronero, caminante por la vida y miembro de la Unión Nacional de Productores Agropecuarios Costarricenses (UNAG) que es parte de La Vía Campesina Costa Rica.

En su largo derrotero, desandado durante ocho jornadas, campesinos, estudiantes y ambientalistas enfrentaron desde tormentas eléctricas hasta soles calcinantes. En las ciudades y pueblos que atravesaban se organizaron mítines y actos culturales en que los caminantes explicaban los motivos de su esfuerzo.

Lorenzo Cambronero destacó el carácter internacional de la movilización dado que en la misma estuvieron participando nicaragüenses y panameños y con diversidad de organizaciones acompañantes.

Aunque Laura Chincilla, presidenta costarricense, no accedió a recibir a los caminantes, Lorenzo Cambronero destacó que en cambio algunos integrantes de la Asamblea Legislativa sí se interesaron y apoyaron la movilización, como fue el caso de parlamentarios de los partidos Acción Ciudadana y Frente Amplio.