Inicialmente, la segunda flotilla estaba integrada por diez barcos en los que viajarían alrededor de 300 personas de veinte diferentes países, con el objetivo de romper el bloqueo israelí a la Franja de Gaza y llevar ayuda -que consistía principalmente en material educativo y sanitario- al pueblo palestino.

Pero esta iniciativa debió hacer frente a la prohibición de partir hacia Israel del gobierno griego, y a los intentos de sabotaje que debieron atravesar varias de las embarcaciones.

La embarcación que logró evitar estos obstáculos fue el yate francés Dignité-Al Karame, a bordo de la cual viajaban diez activistas, la mayoría franceses, tres periodistas -una de ellas israelí y los otros dos pertenecientes a la cadena catarí Al Jazeera- y tres tripulantes. Todos ellos fueron arrestados por la marina de Israel, que procedió a deportarlos de inmediato.

En declaraciones que reproduce el medio venezolano Telesur Mahmoud Abu Daf, Jefe del Comité contra el Bloqueo a Gaza, llamó a la comunidad internacional a asumir sus responsabilidades "políticas, humanitarias y morales" frente a la "piratería israelí" que impidió a las embarcaciones alcanzar su objetivo de terminar con el bloqueo.

En los mismos términos se expresó la Liga Árabe, que instó al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a tomar medidas frente a lo que también calificó como un acto de piratería de la marina israelí.

Por su parte, el coordinador de la flotilla, Manuel Tapia, declaró a la agencia Prensa Latina que estos obstáculos no detendrían a los activistas.

"No cesaremos hasta que podamos ir a visitar a nuestros hermanos palestinos y llevar toda la ayuda humanitaria que para ellos hemos reunido en España y varios países de Europa", afirmó.

Durante la primera iniciativa de la Flotilla de la Libertad, Israel abrió fuego contra los manifestantes pacíficos de las embarcaciones, lo que resultó en la muerte de varios de ellos, y en un estallido de la indignación internacional.

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