Los habitantes de esta región denuncian que las manifestaciones son pacíficas y que por lo tanto la militarización no tiene ningún sentido.

“Ellos se pasean por las calles, asustan a los niños, y la gente los relaciona con balas y muerte”, señala un comunero de la región, en un reporte que divulgó la agencia de noticias ALER.

Los pobladores de Cajamarca dicen que se trata de una política de “amedrentamiento” del gobierno central orientado por Ollanta Humala, cuando en realidad las protestas apuntan a la defensa del agua, y al cuidado de los mantos acuíferos y el ambiente.

En paralelo a estas protestas contra el proyecto de Yanacocha, las organizaciones peruanas más representativas también movieron sus piezas. Una delegación de la Confederación Nacional de Comunidades Afectadas por la Minería (Conacami) presentó en Washington, la capital de Estados Unidos, una medida cautelar ante la Organización de Estados Americanos (OEA) para reclamar que se suspenda el proyecto Conga.

Según la Conacami, el Estado peruano violó los derechos de los pueblos indígenas de Cajamarca y en lugar de establecer mecanismos de consulta, resolvió aumentar la presencia de las Fuerzas Armadas en la zona, promoviendo la “persecución y criminalización a los líderes indígenas”.

“Se ha restringido el acceso a las lagunas y fuentes de agua a las comunidades y existe acoso por parte de la Empresa y/o el Estado a los comuneros, la empresa está operando en la zona”, señalan desde la organización de afectados.

Por estas horas, además, comienza un paro regional contra el proyecto minero de Yanacocha, y se espera una fuerte movilización en Cajamarca.

Foto y Video: Conacami