El lunes, la agencia EFE difundió declaraciones de la vicecanciller de la dictadura hondureña, Marta Alvarado, quien afirmó que la crisis política de Honduras era un reflejo de la lucha en la región contra la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA).

"En Honduras se está jugando un papel muy importante en el sentido de que de Honduras depende si continúa la avalancha de los países del ALBA, y también de Honduras depende que los pueblos que están sometidos por estas presiones de los países del ALBA se despierten", afirmó Alvarado.

Mientras, el presidente Zelaya anunciaba su regreso a Honduras, que está previsto se realice esta semana, y reclamaba una vez más a la comunidad internacional -y particularmente a Estados Unidos- que endurezca sus medidas condenatorias hacia el golpe.

Este martes, el periódico hondureño La Tribuna publicó un artículo en el que se describe que el embajador estadounidense en Honduras, Hugo Llorens, había dado a conocer a los sectores golpistas la propuesta de mediación que presentó el presidente costarricense Óscar Arias un día antes de que se hiciera pública en San José.

“El embajador Llorens, argumentó a favor de la misma. Dijo que era lo mejor para restablecer el crédito internacional de Honduras, en vista que toda la opinión pública internacional, estaba en su contra. Ratificó que, aquí había ocurrido un golpe de Estado; y que si no se aceptaba el hecho, Honduras sería sometida económicamente; e incluso castigados sus políticos con lo que más le temen: la suspensión, parcial o definitiva, de la visa de los Estados Unidos. La mayoría de los asistentes reaccionaron muy sorprendidos”, señala el artículo de La Tribuna, que firma el columnista Juan Ramón Martínez.

De todas formas, la propuesta de mediación no prosperó, porque aunque fue aceptada en su totalidad por la delegación de Zelaya, fue rechazada por los representantes del régimen de facto, dado que se niegan a que el presidente sea restituido en su cargo.

Luego de este hecho, el presidente Zelaya decidió dar por terminado el diálogo con el gobierno golpista, y anunció que se pondrá al frente de las movilizaciones pacíficas en Honduras.

Pese a que desde la comunidad internacional se insiste en que el diálogo debe continuar, las autoridades de las organizaciones supranacionales ya han declarado que es muy difícil hacer llamamientos a la calma cuando el gobierno golpista se mantiene intransigente en su posición, y se niega a abandonar el poder.

"Es casi imposible evitar la violencia o hacer llamamientos a la calma, cuando la dictadura pretende, a vista y paciencia de toda la gente, quedarse en el poder", declaró el lunes el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, a la chilena Radio Cooperativa.