En cadena de radio y televisión, las autoridades golpistas anunciaron que la medida “ya había alcanzado sus objetivos”, y que por eso era suspendida. Un día antes, la prensa internacional informaba que habían sido asesinados en el país dos dirigentes del partido izquierdista Unificación Democrática; Roger Iván Bados, de 54 años de edad, y Ramón García, de 40.

Sus muertes se sumaron a las de dos manifestantes pacíficos, que fueron asesinados por francotiradores mientras reclamaban el restablecimiento del gobierno democráticamente electo de Zelaya, el día en que el presidente intentó regresar al país pero le fue impedido por el gobierno de facto.

También en el fin de semana, varios periodistas extranjeros afirmaron que la policía hondureña los había detenido durante varias horas, sin presentar órdenes o justificativos.

Los primeros equipos periodísticos detenidos por los oficiales de la policía fueron los de la cadena venezolana Telesur y los del canal Venezolana de Televisión. Aunque la versión que esgrimió la policía para arrestar a los periodistas fue que había una denuncia de robo sobre el vehículo en el que se transportaban, uno de los periodistas de Telesur contó que un oficial le había dicho que se fueran del país a la brevedad porque allí “no había nada que informar”, y había responsabilizado al presidente venezolano Hugo Chávez de la crisis política que atraviesa Honduras.

El domingo, la policía detuvo a un grupo de periodistas extranjeros en su hotel argumentando que tenían problemas de migración. Además, agencias internacionales de prensa como AFP informaron que oficiales de migración recorrieron varios hoteles acompañados de policías armados y encapuchados, revisando la situación migratoria de los periodistas extranjeros.

Mientras tanto, el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, anunció que la próxima semana retomaría la mediación entre el gobierno constitucional y el de facto en Honduras, que la semana pasada comenzó en San José, sin resultados significativos.

Zelaya sigue manteniendo que su regreso a Honduras “no es negociable”, posición que apoya toda la comunidad internacional.

Varios expertos han señalado que la suspensión de la ayuda internacional es vital para el mantenimiento del régimen de facto, porque el país sólo podría sostenerse económicamente en estas condiciones por algunos meses.

"En las actuales condiciones, que un gobierno pueda resistir por más de seis meses es imposible", dijo a AFP Wilfredo Girón, profesor de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.