Según señaló, en nombre de la “modernidad” que representaría esta “ciudad modelo”, es probable que unas 20 comunidades del pueblo garífuna terminen siendo desplazadas de sus territorios, lo que afectaría a unas 50 mil personas de comunidades costeñas.

Los garífunas tomaron conocimiento de este riesgo cuando el pasado 5 y 6 de mayo se realizó en San Pedro Sula un publicitado foro empresarial, que las organizaciones hondureñas rebautizaron como “la subasta de Honduras”.

Allí dio una conferencia el estadounidense Paul Romer, que según la OFRANEH es el “profeta” de las ciudades modelo, y que fue invitado para promover “las maravillas que ofrece la entrega de 100 kilómetros cuadrados del territorio nacional al capital financiero internacional”.

Estas inversiones inmobiliarias serían posibles por la aprobación gubernamental de las Regiones Especiales de Desarrollo (RED) en enero de 2010 y que luego tuvo en mayo, una reglamentación constitucional.

“Como antesala de la subasta de Honduras se encuentra el golpe de Estado perpetrado en junio de 2009, el que convirtió al país en un laboratorio político, social y económico como parte de la ofensiva de la ultra derecha norteamericana para frenar el avance de los gobiernos de corte popular que se vienen dando en Sudamérica”, señala la OFRANEH en un documento.

Foto: ciepac.org