En diálogo con Radio Mundo Real desde dicha población de la XI Región de Aysén, en plena Patagonia chilena, Pamela encuadró las movilizaciones contra los megaproyectos que llevan adelante trasnacionales en el sur chileno dentro de la estrategia de la articulacion conocida como Consejo de Defensa de la Patagonia chilena.

Señaló que con el advenimiento del empresario Sebastián Piñera como mandatario chileno los proyectos de privatización del agua y la energía han recobrado bríos, a pesar de que una reciente encuesta indica que un 57 por ciento de la población del país sudamericano los desaprueba.

Ríos con dueño

Piñera, otras veces tan afecto a las encuestas, no parece preocupado esta vez: en una reciente reunión mantenida con directores de medios de comunicación, el mandatario declaró en relación a las megarepresas que “la pregunta no es si se van a hacer o no, sino cómo se van a hacer”.

“Parecería que en este país los ríos tengan dueño y es una verdadera vergüenza”, señaló por su parte Pamela Díaz.

El arco de alianzas que dicen no a las hidroeléctricas en Patagonia es amplio: desde organizaciones ambientalistas, hasta centros educativos y clubes deportivos. Toda esa diversidad se vio plasmada, según Pamela Díaz, en la movilización del pasado fin de semana.

En el sitio en internet de Patagonia Sin Represas puede leerse la reflexión de quienes resisten estos megaproyectos sobre las alternativas que el Estado chileno debería explorar para resolver la demanda energética: “avanzar hacia un desarrollo energético sustentable en lo económico, social y ambiental en Chile, requiere un cambio del patrón convencional sesgado y una fuerte innovación en las tecnologías y combustibles tradicionalmente dominantes”, señala la organización y agrega: “esto requiere de un activo rol del Estado para su implementación”.

Sobre la posición adoptada por el gobierno a la hora de evaluar los proyectos que afectan al medioambiente, Pamela señala que al pronunciarse sobre la instalación de una planta termoeléctrica (Electro Austral) en las cercanías de una reserva marina en el norte del territorio chileno, los personeros gubernamentales llegaron a cuestionar que la misma afectara en algo la vida de la fauna acuática cuando la planta vertiera sus efluentes a dicha reserva. Negar la realidad parece ser la táctica de La Moneda, sede gubernamental trasandina.

Ante el rechazo comunitario y las denuncias hechas públicas, finalmente se resolvió suspender el proyecto, pero de no mediar el accionar civil este megaproyecto, como muchos otros en Chile hubiera seguido adelante.

Pamela señala finalmente que las movilizaciones seguirán, alentadas por el importante y diverso respaldo cosechado en las jornadas de protesta del pasado fin de semana.